23 de agosto de 2013

"Expiación", de Ian McEwan

Expiación Ian McEwan
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Jaime Zulaika
Editorial: Compactos Anagrama

SINOPSIS:
En la gran casa de campo de la familia Tallis todo parece fluir con apacible elegancia en el día más caluroso del verano de 1935. Pero el oído atento percibirá sutiles notas disonantes, una creciente tensión que estallará después de que Cecilia, la hija mayor de los Tallis, salga empapada de una fuente, vestida solamente con su ropa interior, mientras Robbie, el brillante hijo de la criada y protegido de la familia Tallis, la contempla... Un libro prodigioso, que va abriéndose como un juego de cajas chinas y que contiene muchas novelas: una romántica historia de amor imposible, una durísima narración de guerra y la novela que dentro de la novela escribe uno de los personajes. McEwan ha escrito su obra maestra.

OPINIONES:
Fue la lectura de junio de 2021 en el Club de Lectura.

Cuando leí “Expiación”, no había visto la película, ni conocía el argumento, así que la novela me sorprendió gratamente, fundamentalmente por los giros que da la trama, que empieza de una forma inocente en 1935 en el seno de una familia acomodada, en un paisaje casi bucólico de la campiña inglesa, y que, posteriormente, por una serie de acontecimientos que no voy a desvelar, nos lleva a vivir pasajes extremadamente duros y crueles, con el trasfondo de una calumnia destructiva y también de una sólida e inmutable historia de amor. El autor cambia magistralmente de ritmo y de escenario al utilizar tres narradores diferentes con distintos estilos narrativos y visiones de la historia, lo que hace que el lector saque sus propias conclusiones. Bien escrita, con magníficas y a veces crudas descripciones, me resultó una lectura muy interesante.
Yolanda Castilla Galdos

“El desaliñado ramo de iris y adelfillas castañas, con su fresco goteo sobre sus pies calzados con sandalias, le mejoró el ánimo. Contempló el jarrón que había sobre una mesa de madera de cerezo americano, junto a la puertaventana ligeramente entornada. Su orientación al sureste había permitido que unos paralelogramos de luz de sol matutina avanzasen a través de la alfombra de color azul pólvora. El ritmo respiratorio de Cecilia se redujo y creció su deseo de un cigarrillo, pero permaneció dubitativa junto a la puerta, momentáneamente retenida por la perfección del escenario: los tres chesterfields descoloridos, agrupados en torno a la chimenea casi de estilo nuevo gótico sobre la que había un despliegue de juncia invernal, el clavicémbalo desafinado que nadie tocaba y los insólitos atriles de palisandro, las pesadas cortinas de terciopelo, débilmente sujetas por un cordón con borlas anaranjado y azul, que enmarcaba una vista parcial del cielo sin nubes y de la terraza veteada de amarillo y gris donde camomila y crisantemos crecían entre las fisuras del suelo. Un tramo de escaleras conducía al césped, en cuyo lindero Robbie seguía trabajando, y que se extendía hasta la fuente del tritón, a cincuenta metros de distancia”.

Fue la lectura del mes de Junio del 2021 en el Club de Lectura de Literatura +1, esta obra del británico Ian McEwan, publicada en 2001, que ha recibido muchos reconocimientos de la crítica y fue llevada al cine con gran éxito en 2007.
Con una prosa exuberantemente rica y unas descripciones maravillosas de bellos escenarios bucólicos de la campiña inglesa y sus mansiones rurales con lagos y templetes en jardines diseñados para imitar la naturaleza, rodeados de bosques; y otras, de escenas espeluznantes en campos franceses asolados durante la II Guerra Mundial, esta magnífica historia está datada entre 1935 y 1999.
Tiene un estilo elegante que cambia de tono según la pasión del momento, y un argumento tan intrigante, que no permite abandonar la lectura hasta el final.
Los personaje están caracterizados de una manera exacta y redonda; nos parece que los estamos viendo y oyendo hablar, y escuchamos sus pensamientos y sentimos sus sentimientos … cada uno en su estilo ... con vestuarios descritos con detalles pictóricos que coadyuvan a este propósito.
El lector está todo el tiempo en suspenso, sufriendo con los protagonistas, esperando y tratando de adivinar el final, del cual apenas se tienen pistas.
Es una tragedia con sabor operático, una historia de amor pasional, de varios amores; de despecho; de envidia fraterna; de odio; de venganza; de violaciones; de encubrimientos cómplices; de criminales mentiras y falsos testimonios; de cómoda indiferencia; de injustas condenas y frustración; de cruenta guerra y de muerte; de juventud y vejez; es una historia basada en la Historia; y es también la historia de una novelista.
El título de Expiación se entiende en el sentido de que la culpa encierra el castigo, pues en realidad los culpables quedan impunes hasta que la decrepitud de la senectud cobra la venganza de Dios.
Esta novela pareciera estar diseñada, con gran ingenio de su autor, para ser un ejemplo preciso de "narrador no fiable" pues casi al principio, el narrador omnisciente nos deja una pequeña pista: que el narrador podría ser la odiosa niña protagonista, la antiheroína, contando la historia en el ocaso de su vida ... por lo tanto es una novela dentro de otra novela, relatada desde el punto de vista o perspectiva del narrador, que es también una de las protagonistas ... Esto se confirma hasta la conclusión de la obra, cuando la narración adopta la primera persona, la de la niña, ya vieja.
El final es inesperado y hasta entonces se sabe lo que verdaderamente ocurrió a los protagonistas principales ... aunque siendo el NARRADOR NO FIABLE ... quedan algunas dudas … pues la narradora, ya auto desenmascarada, confiesa que hay varias versiones de la historia … con distintos desenlaces.
Me ha fascinado y la recomiendo con placer.

“Así que se sentó y pensó en agua y trató de limpiarse la lengua contra la manga. Cuando un Stuka descendía, era imposible no tensarse y encogerse, aunque cada vez pensaba que no tenía fuerzas para hacerlo. Hacia el final, los aviones sobrevolaron el bosque para ametrallarlo, pero sin resultado. Hojas y pequeñas ramas caían de las frondas. Después los aviones se fueron, y en el intenso silencio que se cernió sobre los campos y los árboles y el pueblo ni siquiera se oían trinos de pájaros. Al cabo de un rato, en dirección de la carretera, oyeron ráfagas de silbatos que anunciaban el fin del bombardeo. Pero nadie se movió. Se acordaba de que la última vez había ocurrido lo mismo. Estaban demasiado aturdidos, estaban en estado de shock a causa de repetidos episodios de terror. Cada incursión aérea les ponía a todos, acorralados y encogidos, frente a su propia ejecución”.
Lucila Argüello

Con una narrativa magistral, Ian McEwan nos adentra en sus más de cuatrocientas páginas a una historia de carácter psicológico y bélico acunado por un amor imposible.
La familia Tallis será quién cargará con el soporte de la historia; Así pues, los protagonistas emanarán de ese apellido y de sus costumbres burguesas rurales muy a la inglesa. El señor Tallis es un funcionario que procura poner de por medio su trabajo antes que llegar a su hogar la señora Emily Tallis; Emily nos comparte sus tristezas, fracasos y resignaciones, mismas que afectarán a su hijos; León, el hijo mayor, es un tanto desangelado pero que saca buen provecho de su posición para seguir la diversión; Cecilia es la inadaptada, revolucionaria y por tanto la que jamás aceptará una vida sin vivirla a su manera, su amor a Robbie fue más fuerte y más noble y Briony, la más pequeña y soñadora de la familia que a su vez será la protagonista de tan triste historia es, como dicen la narradora, omnisciente de tan cruentas tristezas. Y por último Robbie, el hijo de la sirvienta, un chico guapo e inteligente cuyo único pecado es ser pobre.
Los días transcurrirán en una familia acomodada, donde las horas serán ocupadas por vaguedades hasta que a la benjamina de la familia le da por enamorarse de un imposible, ahí todo se tuerce y devienen las fatalidades, por unos celos y coraje, un inocente irá al paredón de los acusados y dos enamorados se verán separados no solo por la clase social, sino también por unos barrotes de injusticia.
El autor nos expone la barbarie de la guerra del siglo pasado, gota a gota nos empapamos los lectores del sufrimiento al que fueron sometidos los soldados y también esos padres, hijos, hermanos, esposas o novias que les esperaban rezando, que les añoraban en cada segundo de sus vidas.
En una prosa preciosa nos vamos dando cuenta de que tan delgado es el hilo del cual penden nuestras vidas.
A través de nuestro narrador omnisciente que no escatimo en los detalles acusadores a su persona, nos veremos inmersos en el sufrimiento de dos enamorados que vieron pasar sus días en la espera de un «Te esperaré. Vuelve».
Briony pagó su culpa con una expiación que quizá no alcanzó, esa chiquilla fue ese jarrón tan fino, tan noble que se rompió, que nadie supo como juntar sus piezas, su padre no se percató de su existencia, su madre no pulió con amor y su hermana, de quién se sentía tan cercana, jamás le perdonó su arrebato de amor, pero, ¿Quiénes somos para juzgar a un alma atribulada por un amor que no conoce de edad?
En el último capítulo el autor nos presenta a Briony como un narrador sospechoso o poco fiable ya que nos descubre que existen varias versiones de lo acontecido porque aún existen personas vivas y no puede publicar nada con toda la verdad.
A Briony el escribir y soñar le enseñaron que la imaginación era en sí misma una fuente de secretos: una vez empezada una historia, no se la podía contar a nadie. ¿Podría Briony ser absuelta en su pecado? No era más que una niña. Pero no todos los niños mandan a un hombre a la cárcel diciendo una mentira. No todos los niños son tan premeditados y malévolos.
Muy triste ver el final de una historia: Briony incapaz de sostener la mirada de su hermana, dijo: —Lo que hice fue horrible. No espero que me perdones. —No te preocupes por eso —dijo Cecilia, con voz tranquilizadora y durante el par de segundos en que dio una profunda calada de su cigarrillo, Briony, estremecida, vio crecer sus ilusorias esperanzas—. No te preocupes —repitió su hermana—. "No te perdonaré nunca".
Blanca Toral

3 comentarios:

  1. La primera mitad de este libro me dejó trastornado... McEwan tiene una exquisita forma de contar los sucesos a un nivel de detalle sicológico increíble... Notable historia y desarrollo de personajes... Recomiendo también su novela "Sábado"

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